Hace ya un par de meses, cuando estuve trabajando en un instituto coreano durante las vacaciones tuve la posibilidad de visitar la isla de Seongmodo, al oeste de la isla de Ganghwa (que está a un par de horas de bus desde Seúl). Es necesario tomar un ferry al que puede accederse con los vehículos y toma unos 10 o 15 minutos:
Se dice que Park Chung Hee durante su mandato visitaba este templo en sus momentos de reflexión cuando quería alejarse de la gente aunque la verdad no sé cuánta credibilidad puede darse a este rumor
Saliendo
Como podéis ver a primera vista no parece gran cosa aunque es más grande de lo que la niebla deja ver
La gente daba pan de gamba a las gaviotas, por eso nos querían tanto
Una vez allí, visitamos el templo budista de Bomunsa (보문사). Se dice que este templo fue establecido por la reina Seondeok de Silla en el año 635. En los alrededores del templo hay varias tiendas que nos dan una visión de la Corea rural muy distinta a lo que nos encontramos por Seúl
Cuando llegamos no había nadie, pero al volver unas señoras amables prácticamente nos tiraban con la comida e intentaban meter a la gente en sus restaurantes, de la agresividad de sus tácticas comerciales se deduce que el negocio no debe ir muy bien porque Seongmodo no es precisamente famosa como atracción turística
¿Veis esas botellas de la izquierda? Se trata de makkoli (vino de arroz coreano que seguro que algunos conocéis) de ginseng. Y es que el ginseng es un producto típico precisamente del área de Ganghwa. Históricamente el ginseng coreano, en especial el ginseng rojo era muy apreciado por los extranjeros porque era considerado superior a otros. Los mercaderes de la ciudad de Kaesong (actualmente en Corea del norte) se enriquecieron con este comercio durante la edad media, a pesar de que los valores neoconfucianos promovidos por el estado no veían con buenos ojos este tipo de actividades comerciales. En la actualidad tampoco es tan raro ver a turistas asiáticos cargar con ginseng coreano en sus maletas (junto con otros productos estrella de Corea como los cosméticos). Personalmente la raíz de ginseng a pesar de su amargura me gusta para comer, sin embargo la idea de mezclarla con el makkoli no sé si era tan buena. Al menos nosotros compramos una botella y el sabor no nos pareció tan bueno. Claro que quizás tuviera más beneficios para la salud, como muchos sabréis el ginseng es conocido por sus múltiples efectos positivos para la salud. Antes los coreanos solían servir ginseng al rey junto a ciertos libros ilustrativos tipo kamasutra que le ayudaban a ponerse contento y a asegurar la perpetuidad del linaje de la monarquía.
Dicho lo cuál llegamos al templo:
No os voy a engañar, hay que subir una buena cuesta hasta el templo hahaha
Se dice que Park Chung Hee durante su mandato visitaba este templo en sus momentos de reflexión cuando quería alejarse de la gente aunque la verdad no sé cuánta credibilidad puede darse a este rumor
Me llamaron la atención estas estatuillas de Buda tan divertidas
En la foto no puede verse pero esta estancia está situada en una cueva natural, no en una de las estructuras de madera del templo.
Aquí en cambio vemos a otro monje rezando dentro del pabellón principal del templo
Esos jarrones que veis se usaban antes para preservar el Kimchi. Se enterraban en el suelo a la altura de las tapas y esto permitía que el kimchi se mantuviera fresco, según me dijeron todavía se hace en algunas zonas rurales aunque ahora tenemos las famosas neveras especiales para kimchi (de las que por cierto muchos apartamentos están dotados para que os imaginéis la importancia del bendito kimchi en la gastronomía coreana) y ya no es necesario
El pabellón principal
Cada figurita con una moneda
Otra cosa interesante de este templo es que si se sube el sendero que veis a la izquierda en la última foto podemos ver en la cima una figura de Buda excavada en la roca:
Se tarda unos 15 minutos en subir
Mensajes de paz y amor en botellitas, pero cuesta dinero comprarlas
Otro monje rezando y eso que llovía
El paisaje era bonito a pesar del tiempo
El Buda que comentaba, la parte de arriba de la roca se conoce por ser similar a una ceja aunque no puede apreciarse
La verdad, recomendaría esta visita a alguien que vaya a pasar al menos unos meses en Corea, el templo me gusto bastante en comparación con otros, claro que si se dispone de un tiempo limitado no merece la pena el tiempo que tarda en llegarse etc.
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