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domingo, 26 de enero de 2014

Mi paso por un instituto coreano

Como comentaba en la página de facebook estos días he estado trabajando en un campamento para líderes globales (oh sí!) en un instituto de secundaria coreano. En verano ya había asistido a un campamento similar pero no pensé en escribir sobre el tema. Sin embargo esta vez me pareció que podría ser una experiencia interesante para compartir. El instituto en cuestión estaba localizado en la isla de Ganghwa, los que sepáis algo de historia coreana probablemente recordaréis este nombre por los conflictos entre el Taewon-gun y los franceses y americanos. Quizás os suene por haber sido capital de Corea durante las invasiones de los mongoles, el ginseng o quizás, como a mucha gente, todo esto os suene a chino. La isla en cuestión está a hora y media de Seúl (en transporte público claro, en realidad está más cerca). Pero de lo que venía a hablar es del instituto. Durante esta semana en el campamento hemos estado enseñando unas clases sobre cultura y economía en inglés. Cada equipo debía preparar un pequeño proyecto que además de promocionar la isla de Ganghwa (haciéndola más conocida globalmente) debía tener relación con los negocios y con mi país.Con tan ambiciosa propuesta nos embarcamos en la idea de crear una especie de parque temático español en la isla que en teoría sería un proyecto único que serviría para incrementar la popularidad de la isla atrayendo más turismo tanto de coreanos como de extranjeros (no le demos muchas vueltas es un proyecto de secundaria xddd). Como la última vez, este trabajo me ha dado la oportunidad de conocer mejor la vida e inquietudes de lo estudiantes de secundaria en Corea. 
(La maravillosa encuesta que hicieron mis estudiantes, tres españoles colaboraron contestando nuestras dos preguntas)
(Un poco de ¿filosofía ?)

Como muchos sabréis, Corea es famosa por sus resultados positivos en el informe PISA. Este es un país muy competitivo en el que la educación es esencial y en consecuencia las familias dedican una parte considerable de sus recursos a la educación de sus hijos. Gracias a la tradición confuciana la educación ha sido desde hace mucho tiempo en Corea un valor de peso, sin embargo hoy día parece estar más relacionada con la supervivencia en un sistema muy competitivo y capitalista. Y es que si mencionamos los resultados positivos en el informe PISA no podemos dejar de mencionar las sombras del sistema educativo coreano, una tasa de suicidios muy alta entre los estudiantes de secundaria que resulta de la difícil competición a la que se ven sometidos. (Y es que en Corea acceder a una buena universidad es algo que marca el futuro en la sociedad de una persona y para acceder a una hay que competir). Los mismos coreanos saben bien que un estudiante antes de la universidad no tiene prácticamente otra vida que el estudio y es que hay cantidad de artículos en internet que se refieren a los escolares coreanos como los menos felices del mundo (estando los españoles de entre los más felices por otra parte). 

(El famoso instituto)
(En el pasillo hacía un frío terrible)

Viendo como viven los estudiantes del instituto al que fui daría crédito a esos estudios. El instituto en el que estuve era solo para chicos y en él pasan los tres años previos a la universidad. Todos los días se levantan a las 6:30 con media hora de pop coreano sonando en las habitaciones (para los estudiantes que viven en el dormitorio) a las 7 desayunan y hasta las 22 de la noche no les dejan volver a entrar en el dormitorio, lo que significa que pasan la mayor en el edficio de la escuela que habéis visto antes (especialmente en invierno). Pero eso no es problema ya que tienen muchas clases y horas de estudio (aunque también tienen clubes de teatro y otras actividades extraescolares). En nuestro caso el campamento (que se realiza como actividad extraescolar durante las vacaciones) tenía un horario de 9 de la mañana a 22 de la noche con descanso de dos horas para la comida y las cena. Aunque obviamente había otras actividades aparte de las clases, el horario seguía un poco esa dinámica de tener a los estudiantes fuera todo el día y metidos en una clase. Parece una vida un poco de prisión aunque también hay que reconocer que en el caso del dormitorio si dejasen entrar a todas horas en el sería difícil controlar a tantos adolescentes juntos. Sin embargo, los estudiantes coreanos de esta edad son muy distintos de los de mi país. Por norma general son estudiantes aplicados y más respetuosos, a la vez son más inocentes en otros aspectos de la vida porque prácticamente pasan el día estudiando y no tienen tantas experiencias de la vida. Este aspecto se ve compensado con una mayor madurez intelectual en algunos casos, aunque también cabe preguntarse la utilidad de todos esos conocimientos que han de ser memorizados a base de machacar al estudiante

(Y así es una clase de instituto, no podía faltar la bandera reglamentaria)
 (aunque esta clase está decente a veces son un poco desastre con plásticos de galletas tirados por todas partes, cosa normal teniendo en cuenta por otra parte la cantidad de horas que pasan en ellas)

Estos días han sido una gran experiencia porque he tenido un grupo muy interesado en conocer lo extranjero que me ha hecho un montón de preguntas (y creo que en esto puede percibirse también un cambio entre generaciones) y a la vez he podido conocer sus sueños y ambiciones. Es un consuelo conocer que a pesar de un sistema educativo tan estricto cuya maquinaria parece querer crear seres idénticos que persiguen un mismo objetivo ("el sueño coreano?") cada uno de los estudiantes tenía sus propios intereses e incluso alguno me comentaba que la felicidad era tan importante como el estudio y demás. Y es que al fin y al cabo, los coreanos son muy conscientes de las deficiencias del sistema educativo y según me decían los estudiantes muchas veces les dicen que "una vez pasado lo peor del instituto ya podrán tener tiempo de disfrutar". Solo cabe preguntarse si este sacrificio que se les pide es lógico o necesario. En general aunque siempre es una experiencia dura por la cantidad de horas también se pasan buenos ratos y creo que es una gran oportunidad para aprender sobre Corea. Durante el campamento tuvimos un día de viaje a Seúl que fue el día más divertido ya que en lugar de pasar todo el tiempo en la clase estuvimos patinando sobre hielo y rellenando nuestra encuesta en varios puntos turísticos de la ciudad. Próximamente comentaré nuestra experiencia ese día en un restaurante español (todavía no había visitado ninguno en Corea)

(Mis estudiantes practicando la siesta española)





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